Hoy Albacete respira baloncesto en silla de ruedas por los cuatro costados. Su equipo, el AMIAB es líder de la División de Honor y está clasificado para los cuartos de final de la Copa de Campeones de Europa. En sus filas dos chicas, dos andaluzas que siguen la estela de aquella joven almeriense que con 15 años comenzó a jugar a baloncesto en las tierras de Don Quijote al amparo del CRMF de Albacete.
Loli Muñoz, aterrizó en el CRMF de la ciudad manchega en Septiembre de 1982 para cursar sus estudios en este centro que tanto contribuyó a la formación de las personas con discapacidad en un momento en el que las adaptaciones y accesibilidad brillaban por su ausencia. Se trataba de unos espacios dependientes en aquel momento del INSERSO (Instituto Nacional de Servicios Sociales) en los que la persona discapacitada en edad de formarse y trabajar recibía (y recibe) la atención sanitaria que necesitase y una formación que le permita acceder al mercado laboral. Dentro de sus actividades, las deportivas adquirían gran importancia y la gran mayoría de ellos tenían equipo de baloncesto en silla de ruedas. Este era el caso del de Albacete.