
Navarro en su etapa en el Valvi Girona 93-94
En mi opinión, la Copa de S. M. el Rey que se adjudicó el ONCE Andalucía en Noja’2002 significó el asentamiento de la edad moderna del baloncesto en silla de ruedas español tras la sorpresa del Sandra Gran Canaria el año anterior. Por fin había equipos que disputaban y ganaban títulos al entonces Fundosa, y uno de los artífices de aquella gesta iba a ser el catalán Pepe Navarro.
Navarro fue un descubrimiento para muchos, pero en el club auriverde fueron capaces de ver su gran potencial y con una meteórica evolución encontró en el conjunto sevillano el lugar idóneo para hacerse un hueco entre los más grandes de nuestro baloncesto.
Se puede decir que el caso de Navarro es único, al tratarse de un jugador que llega al baloncesto en silla de ruedas tras pasar por la ACB, para formar parte del gran ONCE Andalucía de inicios de siglo.

Herreros, Navarro y Ferrán de Juniors con Bravender
En el baloncesto “de pie”, Navarro se formó en la cantera del Español, compartiendo generación con los Santi Abad, Edu Piñero, Manel Bosch y Óscar Cervantes, llegando a ser internacional sub-22 y a ganar la medalla de oro en el Mundial oficioso de 1989 celebrado en Teruel en el que compartía equipo con los Laso, Ferrán Martínez, Cargol y un largo etcétera de componentes de una generación que triunfó en el baloncesto español.
En ACB Disputó cuatro temporadas, la primera de blanquiazul y las otras tres en el Valvi Girona, totalizando 78 partidos y 4,8 puntos en 20 minutos de media. De allí pasaría a militar en la liga EBA, cuando era la segunda categoría nacional, en las plazas de Burgos y Melilla. Será en la ciudad autónoma donde sufrirá una lesión en el cartílago de la rodilla que le iba a impedir seguir jugando a ese nivel, pero no lograría apartarle del baloncesto, ya que allí tendría su primer contacto con el baloncesto en silla de ruedas.
Su amor por el deporte de la canasta le llevó a aceptar la propuesta del club melillense para sentarse en la silla y forjar una carrera deportiva importante. Un paso que no suele ser habitual en jugadores de gran nivel que ven truncada su carrera por graves lesiones.

Novena provincia de Algeciras en 2001
Su evolución fue meteórica. Rápidamente fue aprendiendo el “nuevo” baloncesto. Con la base de los fundamentos, la lectura del juego de un buen director de juego y el oficio y profesionalidad de su bagaje anterior, en un mismo año pasó de segunda división con el Jerez de Abraham Carrión y los gemelos Zarzuela, a la primera división con el Arrayán de Granada, equipo con el que ascendería a División de Honor y finalmente al Melilla con el que disputaría la Copa del Rey.
Su potencial no pasó desapercibido para el ONCE Andalucía que ese verano lo firmó adelantándose al Ademi de Málaga.

Navarro con el ONCE Andalucía
En el cuadro sevillano va a tener en Diego de Paz al mejor profesor y a su vez el mejor alumno. Para el de Valencina, Navarro siempre será un espejo en el que fijarse para mejorar con todo lo que el catalán aportaba del baloncesto de élite, y a su vez Diego será quien le enseñe a moverse con la silla y posicionarse.
Desde su debut en la temporada 2001/2002 hasta su retirada en la 2009/2010, Navarro ganará 6 ligas (02/03, 03/04, 04/05, 05/06, 07/08 y la 09/10) y 5 copas de S. M. el Rey (01/02, 03/04, 04/05, 05/06 y 09/10), así como la ansiada Copa André Vergauwen lograda en París en 2008. Las temporadas 02/03 y 03/04 compaginó la función de jugador con la de entrenador, lo que todavía atribuye mayor mérito a sus éxitos.
Quien fuera internacional en las categorías inferiores de la selección española de la FEB, alcanzaría en 22 ocasiones la internacionalidad con la selección de Bsr participando en los Campeonatos de Europa de Sassari (ITA)’2003 y Wetzlar (ALE)’2007, competiciones en las que la selección concluyó en 6º lugar en ambas ocasiones quedando a las puertas de los JJPP de Atenas y Pekín, seguramente su espina más grande.
Una vez “sentado” en la silla de ruedas, Navarro se zambulló de lleno en el deporte para personas con discapacidad, hasta el punto de compaginar el baloncesto con el tenis o el padel en silla, modalidades en las que fue Campeón de España en 2008, la primera en el cuadro de consolación y la segunda en la competición general.
Navarro destacaba por su capacidad anotadora, pero sobretodo aportaba muchos intangibles, imprimiendo carácter al grupo. Con Diego de Paz formó tándem en el deporte y forjaron una amistad eterna. Ellos dos, junto a José Manuel Vargas eran las tres torres de un equipo que mantuvo una dura pugna con el Fundosa de Madrid por la hegemonía en la península, en una de las etapas más bonitas y competidas de la liga española.

José Manuel Navarro
Unos problemas en su hombro le retiraron prematuramente de las pistas, pero Pepe, como los buenos toreros, nunca dejará de ser jugador de baloncesto. De hecho, quién sabe si quizá algún día regrese con el 5 a la espalda.
Como el ave fénix, ante el gran revés que le planteó la vida, José Manuel Navarro supo hacer frente a la situación con empuje y determinación. A quien apodaron “garrapata” por sus cualidades defensivas, no se le puso nada por delante. No tuvo miedo ni prejuicios para adentrarse en el otro baloncesto, y entre lo que ya sabía más lo que le enseñaron, se convirtió en un jugador de referencia del baloncesto de las cuatro ruedas.
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