Por estas fechas se cumplen 30 años de la celebración de los Juegos Paralímpicos de Seul. Una cita que tuvo una pequeña cuota de seguimiento en los medios de comunicación de la época, pero que resultaría suficiente para captar mi atención hasta el punto de conseguir que desde entonces mi vida girase en torno a nuestro deporte. En aquellos juegos llegaría el culmen de la carrera del icono del deporte gallego, Pablo Beiro, la persona que colocó el andamiaje que sostiene al club de referencia en una tierra en la que han surgido grandes deportistas.
Pablo Beiro es un claro ejemplo de persona entregada a la sociedad a través del deporte, así como de trabajo y tesón para lograr unos objetivos. Su primer contacto con el baloncesto en silla de ruedas se produciría, como tantos otros, en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde en su largo periodo de hospitalización comenzó a practicarlo junto a otros muchos compañeros en un momento en que el centro manchego se convirtió en un vivero de jugadores para el resto de la península.

Primeras formaciones del AMFIP
Con el alta en la mano se encontró con que en su tierra no había posibilidad de seguir practicando deporte por falta de estructura, pero lejos de resignarse, se puso manos a la obra y junto a un grupo de amigos crearon la Asociación de Minusválidos Físicos de Pontevedra (AMFIP). Era 1982 y para dar a conocer la experiencia deportiva vivida en Toledo y sumar adeptos a su causa iban de villa en villa realizando exhibiciones. Había que llegar a los nuevos deportistas y así transmitir su vivencia y promocionar una actividad en auge por toda la península.
Además de ponerse al frente del club como presidente, Pablo era su referente deportivo dentro de un equipo de baloncesto que comienza a competir como federado en 1986 y en la sección de tiro olímpico. Sería en baloncesto donde ese mismo año le llegaría su debut con la selección española que le llevaría a ser internacional en 46 ocasiones.

Equipo español en los JJPP de Seul.
La primera cita sería para los Juegos Mundiales de Stoke Mandeville y con él debutarían también el zaragozano Fernando Vila y el barcelonés Juan Guzmán. Este último sería uno de los jugadores con los que compartió la experiencia paralímpica en Seul’88 junto a Luis Albelda, Iñaqui Ibarreta, Joaquín Fernández, Pedro Alonso, Eustaquio Mira, Manuel Cáceres, Salva Núñez, Antonio Henares, Salvador Zurita y Ricardo Núñez.
En 1989 repetiría participación en Stoke Mandeville y en el Campeonato de Europa de Charleville pero estuvo ausente en el que más ilusión le hubiera hecho, el de Ferrol’91, suponiendo la cita francesa su despedida de la selección.

Formación del AMFIV en los 90
Bajo la presidencia de Pablo Beiro el club evolucionaba progresivamente. En 1989 cambian la P de Pontevedra por la V de Vigo en su denominación para acoger la actual de AMFIV y sigue potenciando diferentes deportes como la natación en la que realizarán una gran labor con deportistas paralímpicos como Sebastián “Chano” Rodríguez o Pablo Cimadevilla.
El equipo de baloncesto se iría cociendo a fuego lento. Con sus inicios en segunda división, en la temporada 92/93, cuando se establecieron tres categorías, el cuadro gallego obtendría plaza en la primera división, logrando mantenerse durante dos campañas, contando con el patrocinio de Conservas Miau. Tras descender a segunda división, allí irá fraguando la base del equipo que en la temporada 2001/2002 lograba el ascenso a División de Honor.

Challenge Cup dedicada a Pablo Beiro
En ese lustro el AMFIV de Pablo Beiro se quedaba a las puertas del regreso a primera división, y cuando lo hizo en la 2000/2001 sería como paso previo al asalto a la División de Honor. En ambos ascensos el vigués jugaría un papel fundamental en un equipo que llegaba para quedarse. La labor de las escuelas deportivas que Pablo puso en marcha daría sus frutos paulatinamente, y con la base de jugadores como Berni Costas, David Mouriz, Julio Vilas o Agustín Alejos entre otros, logrará que el AMFIV sea respetado en España y fuera de nuestras fronteras. Así, bajo su presidencia, el equipo gallego se quedará varias veces a las puertas de un título europeo que finalmente llegará en 2017.
En esa fase final de la Challenge Cup, que se celebró en Vigo, el equipo, el club, y toda una ciudad pudo dedicar el ansiado título a quien tanto dio y tanto se entregó. En una emotiva ceremonia de clausura, Pablo fue quien todos tenían presente cuando Berni Costas, el capitán gallego, alzaba el trofeo al cielo vigués.
Beiro, quien en 2009 entró a formar parte de la Corporación Municipal, era una persona muy querida en su tierra por su intensa labor en el ámbito deportivo y social, en especial por contribuir a superar las barreras a las que se enfrentan a diario las personas con discapacidad. A lo largo de su trayectoria recibió varios galardones. En 2000 fue nombrado Vigués Distinguido y también se le premió como mejor deportista gallego. Tras su fallecimiento, el pabellón de Bouzas, donde disputa sus partidos como local el AMFIV pasó a denominarse “Pabellón Pablo Beiro” en memoria del dirigente y deportista.

AMFIV en la primera década del Siglo XXI
Hoy sigue con ellos, como Presidente de Honor, quien puso su «casa» del Kiosko Cánido al servicio del pueblo y tejió una estructura que rezuma futuro sobre un espléndido presente, siempre con la bondad por bandera hasta el punto de que quienes no llegaron a conocerle en persona sienten gran respeto por la persona que impulsó en Galicia el baloncesto de las cuatro ruedas.
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