En 1986 el ECONY de Gran Canaria todavía no competía. Entrenaba y jugaba algún partido amistoso con el Sureste sin salir de la isla. Su debut lejos del archipiélago se produciría en el Torneo del Tardor en Sant Feliu de Llobregat donde tuvo lugar la presentación en sociedad de un joven de 17 años que cada dos por tres lanzaba desde el 6’25, sin mucha fortuna por aquel entonces pero con el desparpajo que iba a caracterizar su juego. Era Manolo Rodríguez, para muchos el jugador canario más carismático y uno de los mejores jugadores españoles de todos los tiempos.
Cuando su juego fue madurando, Manolo se fue convirtiendo en pieza clave del conjunto gran canario y de su mano, con los Domingo, Verona, Hidalgo, Suárez, Naim y compañía, el ECONY, entonces bajo la denominación de ONCE Las Palmas logró el ascenso a la máxima categoría en la temporada 91/92. Era el primer equipo insular en llegar a lo más alto y o haría para quedarse, convirtiéndose en la temporada que en breve comience en el equipo que más ediciones ha disputado en División de Honor al adelantar al CAI de Zaragoza en este título honorífico.
El juego vistoso del “Yayo” encandilo rápidamente al baloncesto nacional. Gran manejador del balón, rápido en sus acciones y seguro en el lanzamiento, el entonces seleccionador Ángel García contó con él para la primera convocaría tras Barcelona’92 en la que comenzaba una renovación de las selección que permitiría la entrada de savia joven. El propio García llegó a decir de él que «era imposible quitarle el balón».

Formación del Econy Gran Canaria
Con el Econy en División de Honor, en su primera temporada acabará en 8ª posición y en la 93/94 en 5º lugar en la liga logrando el subcampeonato de la Copa del Rey celebrada en Badajoz con la presencia en la ceremonia den entrega de trofeos de la Infanta Cristina en representación de la Casa Real.
En esa Copa del Rey se fraguaba la creación del CD Fundosa con Miguel Segarra como principal valedor y Manolo Rodríguez va a ser uno de los jugadores que aterrizan en Madrid para constituir la primera plantilla del club que en estas fechas cumple sus bodas de Plata. Junto a él primeros espadas como Antonio Henares, Pepe Cobos o Diego de Paz junto a lo más granado del baloncesto madrileño. Así con Jesús Torres, Eduardo López o Manolo Berzal constituyen una plantilla que va a dominar dentro de nuestras fronteras la década de los 90.

Equipo que se proclamó subcampeón de Europa en 1995
En el Fundosa “Yayo” va a militar 4 temporadas divididas en dos etapas de dos años cada una. Ganó 4 ligas y cuatro copas del Rey, quedó dos veces subcampeón de Europa y otras dos en tercera posición, pero su gran espina sería el máximo título europeo que los madrileños iban a lograr precisamente en la temporada 96/97 en la que el canario regresó a su tierra para formar parte de la plantilla del Econy.
En ese año de paréntesis en Las Palmas, el Econy, ya con el patrocinio de la leche Sandra alcanza el tercer puesto en liga y cuarto en Copa, una andadura entre los grandes que no abandonaría en los años siguientes y que con el regreso de Rodríguez, un emergente Olivares, la consolidación de Muiño y la llegada de Ismael García iba a hacer de la cantera canaria la más prolífica del lustro.
En el Econy vivirá una etapa maravillosa en la que bajo su liderazgo los canarios plantaron cara a la hegemonía de los equipos de la ONCE. Así se proclamarán subcampeones de liga en las temporadas 99/00 y 03/04, esta última de doloroso recuerdo ya que tuvieron más cerca que nunca un título que se dejaron en Sevilla.
Las dos Copas del Rey que venían a romper la racha de Fundosa (2000/2001 y 2002/2003) dan muestra del carácter de un equipo en el que “Yayo” estaba arropado por un grupo que siempre rendía al límite de sus posibilidades.
En competiciones europeas también llegarían los éxitos. Sería en 2007 cuando tras varios intentos en los que se quedaron a medio camino con meritorios puestos de pódium, alcanzaron la gloria al adjudicarse la Willi Brinkmann Cup.
A título personal, ha sido uno de los grandes anotadores de la liga, dominando el lanzamiento exterior. Especialista en triples, su juego siempre ha sido espectacular.

La selección española logró la medalla de Plata en París’95
El ciclo internacional que comienza tras Barcelona’92 iba a ser uno de los más gloriosos para el baloncesto en silla de ruedas español y Manolo Rodríguez será pieza clave en los esquemas de los diferentes entrenadores. Su debut internacional llegaría con el 5º puesto en el Europeo de Berlín’93. Al 6º puesto del mundial de Edmonton’94 le seguirá la medalla de plata en el europeo de París’95, y los cuartos puestos de los Juegos Paralímpicos de Atlanta’96 y del europeo de Madrid’97. Con el 6º puesto del Mundial de Sidney’98 se cerró una etapa en la que España siempre estaba en “todas las salsas”.

Manuel Rodríguez y Carlos Olivares en el Mundial de Sidney
En el europeo de Roermond (HOL)’99 llegaría el gran fracaso de la selección cuando tenía como objetivo clasificarse para los JJPP de Sidney. Manolo iba a estar ausente de las convocatorias hasta el de Sassari’2003 en el que alcanzará el 6º lugar, 7º en París’2005 y 6º en Wetzlar’07, siempre quedándose en puertas de lograr la clasificación para las competiciones mundiales que les seguían.
En la cita alemana, a orillas del Río Lahn, Manolo va a vivir su última experiencia internacional con una camiseta que ha defendido en 111 ocasiones y con la que logró una medalla de plata en el europeo de París’95 y el diploma paralímpico en Atlanta’96 como principales éxitos.
Tras su retirada del Econy en la temporada 2011/12 tendrá la oportunidad de matar el gusanillo al integrarse en el Fundación Grupo Norte de Valladolid como “refuerzo de invierno” en 2013, de forma que volvía a encontrarse en el camino con Diego de Paz, compañero de batallas en el Fundosa y la selección.

Plantilla Ademi Tenerife 17/18
Posteriormente, tras unos años de parón, regresó a las pistas para apoyar el proyecto del ADEMI de Tenerife con la temporada 16/17 comenzada permaneciendo en la disciplina del club chicharrero hasta la conclusión de la 17/18 en lo que podría ser su retirada definitiva, o no…
Por méritos propios, con ese carácter meloso que caracteriza al canario, pero con la garra y destreza de quien domina la materia, Manolo Rodríguez ha escrito una buena parte de las páginas doradas del deporte adaptado español. Poniendo sus islas en nuestro mapa, dejando huella en el Madrid de los 90 o anotando con elegancia de tres en tres, quien sus amigos llaman “Lolo” suma y sigue sin perder la sonrisa en el baloncesto de las cuatro ruedas.
Deja una respuesta