Cuando en 1979, en el viaje de regreso de la Copa de Oro de Tampa, José Antonio Montenegro sufrió un problema vascular que le apartó de las pistas durante una temporada y ya no volvió a ser el mismo, la platilla del Virgen del Rocío perdía momentáneamente a su principal bastión, pero la circunstancia sirvió para que entre la “tropa” surgiera la figura de Francisco Pérez Muñoz, quien aprovechó las oportunidades que le brindaron para hacerse un sitio en el equipo y en la selección española.
Francisco había iniciado su trayectoria en el deporte adaptado gracias a la antigua y desaparecida Asociación Nacional de Inválidos Civiles (ANIC). Con apenas 15 años, en el arranque del año 1972 comienza a practicar el balonmano y natación de la mano del monitor/entrenador José Luis Esteve León. Ese mismo año acude al campeonato de España de natación lo que le sirvió como revulsivo y le animó a seguir practicando deporte.

«el niño de las medallas» practicó diversos deportes
De esta época guarda unos recuerdos imborrables sobre todo de compañeros, con algunos de los cuales sigue en contacto. Uno de ellos fue el que le asignó el apodo de “el niño de la medalla”, fruto del gracejo sevillano. Al no saber su nombre y coincidiendo que ese día llevaba una puesta, a pesar de que nunca lo hacía, se quedó con un alias que le acompañó durante toda su carrera.
Tras varios años practicando estos dos deportes, como sólo había un campeonato anual, y le desmotivaba bastante, escuchó el consejo de su compañero del equipo de balonmano Manuel Cáceres quien le animó a probar en el baloncesto en silla de ruedas. Así, en 1977, se incorpora al club Virgen del Rocío donde coincidió con la creación del equipo B. En él se encuentra con alicientes mayores como una liga nacional y continuos viajes. A las órdenes de dos entrenadores brillantes como Antonio Jiménez Cano y Diego Rodríguez Galiano inicia una etapa progresiva, adecuada y coherente con su edad en la instalación deportiva del Hospital Virgen del Roció.
Unos meses después de su creación, el equipo B logra el ascenso a división de honor. Hoy sería impensable, pero en aquel momento se permitía que hubiera dos equipos del mismo club en la misma categoría y durante una temporada el Virgen del Rocío los tuvo.
Militando en el equipo B, tras la baja de Montenegro y con el Campeonato de Europa de clubes a la vista, piensan en él para sustituir al linense y Paco no defraudó. Da el callo jugando de titular y disponiendo de muchos minutos de juego. El equipo consigue el subcampeonato perdiendo la final de una manera muy discutible y su buena actuación le abre las puertas de la selección.

Paco Pérez con el dorsal 6 en la selección española
Con la “roja” alcanzará las 36 internacionalidades bajo la dirección técnica de Pepe Barbero, debutando en los Juegos Paralímpicos de Arnhem’80 (Holanda) hasta los de Stoke Mandeville’84. En medio participó en los Campeonatos de Europa de Ginebra’81 (6º) y de Falum’82 (Suecia) donde alcanzará el 5º puesto.
Sería en este último campeonato donde intercambió momentáneamente su silla de ruedas con un jugador sueco para probar ambos la del otro. Mientras el nórdico apenas pudo arrancar la del sevillano, Paco casi salió despedido contra el suelo en un giro con la suya, muchísimo más ligera que las que usaba por aquel entonces el equipo español. Unas espalderas en las que pudo sujetarse le ahorraron que besara suelo sueco sin tener esa intención.
Con el Virgen del Rocío se adjudicó la liga de la temporada 87/88, la cual sumaría a las 3 Copas de S. M. el Rey logradas en los años 82, 85 y 87, manteniendo una etapa de principal opositor al ADEMI de Málaga en la liga española secundado por el Clumam de Madrid y los equipos catalanes del Guttman y Trauma’68.
La implicación de paco con el deporte de la canasta le llevó a volcarse con nuevos proyectos como el del San Juan de Dios de Alcalá de Guadaira, equipo al que entrenó durante un año y del que surgieron varios jugadores de gran nivel. Algunos, al irse a sus pueblos, se perdieron para el deporte, pero otros como José Cobos, Cristobal Gallardo, Emilio Sáez o José Luis Álvarez llegaron a ser internacionales a muy alto nivel.
Como jugador, estuvo en el Virgen del Rocío hasta la temporada 94/95 pasando a militar las dos siguientes en el C.D. Buhaira, club muy modesto en el que desarrolló varias funciones.

Plantilla del Vistazul dos Hermanas que logró el ascenso a División de Honor
En la actualidad, retirado de la competición en 2014, sigue vinculado al baloncesto en silla de ruedas como directivo del Vistazul de Dos Hermanas, club que fundó junto a Pepe Sánchez y en el que ha realizado funciones de jugador, entrenador, director técnico, mecánico, conductor o locutor, por citar algunas.
Este arahelense que sobrepasa las 60 primaveras, ha dedicado tres cuartas partes de las mismas al deporte adaptado, erigiéndose en uno de los referentes de una época antesala de los éxitos internacionales de la selección. Quien cambiara su vocación del magisterio por los centros hospitalarios pasó del exitoso Virgen del Rocío al modesto Vistazul de Dos Hermanas, club con el que sigue al pie del cañón, en primera línea del baloncesto de las cuatro ruedas.
He tenido la ocasión de conocerlo y de compartir grandes momentos con el y puedo decir que aparte de buen jugador es una gran persona
Paco, también ha estado muy vinculado con el baloncesto femenino en silla de ruedas, concretamente en el C. D. Buhaira de Sevilla, en el año 2000, formo parte del equipo técnico que acudió al I Encuentro de la Amistad entre Marruecos y España, donde se realizaron partidos de baloncesto y competiciones de natación y atletismo.