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Antonio Gómez Abreu. La chispa oriental

18 octubre, 2017 por J. Sanjuan Deja un comentario

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grupo de veteranos de la FEDDF. Antonio Gómez con el dorsal 14

Seguramente El ANIC fue el club catalán que más rápido creció en los albores del deporte adaptado en España. Además del equipo “absoluto” contaba con el equipo B en el que se alineaban los jóvenes valores y más tarde un equipo femenino. En ese equipo filial se iban a forjar algunos de los deportistas que asumirían gran responsabilidad en el equipo durante la década de los 80. Uno de ellos, Antonio Gómez Abreu iba a ser un jugador de referencia durante mucho tiempo.

Durante muchos años, y todavía ahora para quienes lo conocieron en sus inicios en el baloncesto en silla de ruedas, Antonio fue “el niño” pues era una criatura de 14 años cuando el de Pineda de Mar comenzó a competir en el ANIC B junto a un grupo entusiasta en el que se encontraban entre otros Francisco Molina y Roberto Nekeno.

Partido del I. Guttmann  en el Hospital Virgen del Rocío

Era el año 1976, el primer equipo del ANIC se proclamaba campeón de liga y el filial, en el que militaba Antonio, lograba el ascenso a la máxima categoría como campeón de segunda división por delante del ADEMI de Málaga, equipo que más adelante marcaría una época en el bsr nacional. La siguiente campaña militaría en primera división, pero el joven filial, en una liga de 6 equipos, no pudo con el empuje de clubes más curtidos y perdería la categoría junto al Palmeral de Elche.

Con el descenso y el éxodo de jugadores del filial al recién creado CEM, Antonio Gómez entró a formar parte de la primera plantilla del ANIC, equipo que tras quedar tercero la temporada 77/78 pasará a denominarse Instituto Guttman a partir de la siguiente. En el equipo de la calle Garcilaso permanecerá 8 temporadas en las que siempre estuvo en las posiciones cabeceras de una liga dominada por el ADEMI de Málaga. Así en tres ocasiones más obtuvo el tercer puesto y en la 84/85 se auparía hasta la segunda posición.

Formación del I. Guttmann en 1988

En esta etapa del Guttmann alcanzaría sus 28 internacionalidades. Su juego fresco y electrizante, rápido para los materiales de los que se disponía; su habilidad en el manejo de la silla y en el mano a mano le abrieron las puertas de la selección siendo todavía muy joven.

Gómez debutó a nivel internacional en el encuentro amistoso del combinado sub 22 celebrado en Roma entre los equipos de Italia y España en el que los españoles se impusieron por un ajustado 50-52. En aquel histórico combinado formaron jugadores que posteriormente han marcado una época como son Eustaquio Mira, García Berril, Salvador Zurita, José Luis López o los burgaleses Ángel Acha y Ricardo Núñez.

Selección española campeona en Stoke’85 de Izda. a derecha y de adelante atrás Berril, Gómez, Cesáreo, Zurita, Fernández, Rojo, Torres, Cáceres, Benítez, Henares, Albelda y Alonso. De pie Barbero padre e hijo



Con la selección absoluta debutaría en el europeo de París’83 con una medalla de bronce y viviría la experiencia de unos Juegos Paralímpicos al tomar parte en los celebrados en Stoke Mandeville de 1984 que coincidían con los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, justo antes de que ambas competiciones retomaran la misma senda en Seul’88. El año siguiente Gómez regresaría al mismo escenario británico para participar en los Juegos internacionales que eran considerados como el Campeonato del Mundo oficioso. Esa edición, la de 1985, España se adjudica el primer puesto con un equipo de ensueño formado por Antonio Henares, Salvador Zurita, José Luis Benítez, Manuel Cáceres, Luis Albelda, Jesús Torres, Joaquín Fernández, Cesáreo Ruiz, Antonio Gómez, Pedro Alonso, Juan García Berril y Juan Rojo, dirigidos por Pepe Barbero como seleccionador. En la gran final, España se impuso a Gran Bretaña y se adjudicaba esta prestigiosa competición.

Clausura de los JJPP de Stoke Mandeville’84

La temporada 85/86, Antonio Gómez da un giro en su carrera deportiva y se suma al proyecto deportivo del club UNES de Sant Feliu, entidad presidida por Ramón Gisbert con la que pasará en tres temporadas de tercera a primera división acabando la liga en posiciones cabeceras de la máxima categoría.

Antonio Gómez lanzando a canasta

No cabe duda de que la carrera deportiva de Antonio Gómez hubiera transcurrido de forma diferente en otro momento y con unas circunstancias en las que poder dedicarle más tiempo. Su recorrido se vio entorpecido cuando hubo de compaginarlo con la actividad laboral. Por esta causa tuvo que renunciar a participar en lo que hubieran sido sus segundos juegos paralímpicos, los de Seul’88 y posteriormente interrumpir su carrera deportiva durante dos años.

Tras ese receso retorna a las pistas incorporándose al San Rafael, equipo en el que coincide con importantes jugadores como son los hermanos Torres, Esther y Jordi; Enric Sanz o Toni Parrilla. Lograrán ascender el equipo a primera división (segunda en el escalafón nacional) pero el mayor coste económico de la nueva categoría no puede ser asumido por el hospital y acabará desapareciendo el equipo.

En ese momento es cuando Antonio Gómez recibe la llamada del Instituto Guttmann, club en el que se formó, para ayudar a salvar la categoría en una segunda vuelta espectacular en la que además del de Pineda se incorporaron al equipo un jugador estadounidense y el sudafricano Richard Norjte. Esa permanencia lograda en la segunda vuelta va a permitir que en la temporada siguiente germinase el proyecto de fusión del FC Barcelona e Instituto Guttman, dirigido desde el banquillo por Oscar Trigo y en el cual Antonio Gómez participará durante dos temporadas ocupando la 6ª y 9ª posición las temporadas 2001/2002 y 2002/2003 respectivamente.

Antonio Gómez se retiró en Basmi de Girona

Transcurridos esos dos años, el club catalán da un giro en su estructura deportiva y Antonio Gómez disputará sus dos últimas temporadas como jugador en activo en el Basmi de Girona en segunda división.

Gómez ha sido un deportista completo, destacando en eslalon donde fue tercero del mundo en 1985; en tenis de mesa, en el que ha sido campeón de España; y en tenis, donde ha participado en el circuito nacional e internacional, venciendo en el Open de Ginebra de 1991.

Una vida dedicada al deporte, con una carrera marcada por los obstáculos laborales y los materiales “rudimentarios”. Como tantos deportistas de una época de pioneros, muchas veces volviendo la vista atrás pensará hasta donde habría podido llegar con más medios y sin esas trabas que le mermaban. Con todas estas circunstancias, en un tiempo ni mejor ni peor, sino diferente, Antonio Gómez, “El chino”, se ha erigido en una figura del baloncesto de las cuatro ruedas.

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