
Ángel García, una de las personalidades del bsr español de finales del siglo XX
Seguramente habrá unos cuantos. O puede que muchos. Pero al menos hay dos, los que predica Ángel García en su libro “Mi historia en 2 baloncestos”, su obra autobiográfica que vio la luz el pasado 22 de abril en la presentación que tuvo lugar en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid.
Uno, el que siempre llamó de «los guapos”, el que le llevó a militar durante cuatro temporadas en el Real Madrid; y el otro, el que sin llegar a ser el de los feos, poco le faltaba, al menos en la época en la que estuvo al frente de la Comisión Nacional de baloncesto y de la selección española de baloncesto en silla de ruedas.

1986, primera convocatoria con Ángel García al frente de la CNB
Ángel vivió desde una perspectiva excepcional el momento de la metamorfosis del deporte adaptado en España y por consiguiente el del baloncesto en silla de ruedas. Una participación la suya muy involucrada en todos esos avances.
Tras los Juegos Paralímpicos de Seúl los cambios que se produjeron la Federación llevaron a Ángel García al frente del baloncesto paralímpico español teniendo la responsabilidad de dar un giro a una liga a la que llega el patrocinio de Fundación ONCE y en la que a su vez surge la iniciativa de la asociación de Clubes. Dos años antes, desde 1986, el madrileño presidía ya la Comisión Nacional de Baloncesto.

Ángel García impartió numerosos cursos de formación en España y el extranjero
En su etapa la Liga va a contar con más recursos, llegan las “sillas verdes de Uribarri” para muchos equipos con la consiguiente mejoría del material existente hasta el momento; y se consolida una máxima categoría con 12 equipos, eso sí todavía divididos en Grupo Norte y Sur y dos fases en los primeros años.
En lo que a la selección se refiere había que preparar a conciencia los Juegos Paralímpicos de Barcelona pero antes había dos citas europeas que tenían que servir para mejorar la confianza de una selección que venía de ocupar el décimo segundo puesto en Seúl.

Ángel García con Magic Jhonson
De esta forma, manteniendo en cierto modo el bloque de Seúl, en el Europeo del 89 se consigue una 10ª posición y en el del 91 celebrado en Ferrol, con el 6º puesto se confirman las buenas expectativas para la cita paralímpica de Barcelona 92. España jugaba en casa y era de centro de todas las miradas. Los jugadores de “La Roja” ocupaban páginas en la prensa deportiva y en la divulgación general, así tuvieron reportajes hasta en Interviú.
En Barcelona 92 España se encontró con rivales de gran nivel: Desde los Estados Unidos de Kiley hasta la Argentina de Fabián Castilla, pasando la Holanda de Van der Linden o la Gran Bretaña de Steve Caine, la Francia de Philippe Baye y la Alemania de Manfred Mickschy.
España jugó un buen campeonato pero no pudo entrar en semifinales debiendo conformarse con la lucha por el quinto puesto, concluyendo finalmente en sexta posición ya qué tras ser séptimos, la eliminación de Estados Unidos, que había conseguido el Oro, al dar positivo un jugador en el control antidoping, hizo que el equipo nacional ganase un puesto.

Ángel García, Lolo Sáinz y Villacampa, Jofresa y Morales, jugadores del Joventut de Badalona
Tras la vorágine de Barcelona’92 Ángel García asumió la renovación del equipo dando entrada en los siguientes años a jugadores jóvenes que tendrían un gran peso específico en los buenos resultados de los años posteriores. Así para el Europeo de Berlín’93 contó con savia nueva; Pepe Cobos, Manolo Rodríguez, Juan Lara y Eduardo López entre otros, van a tener gran responsabilidad en la selección de Ángel García.
España se mantiene en las posiciones cabeceras mejorando con respecto a Ferrol al alcanzar el quinto puesto y por consiguiente su clasificación para el Mundial de Edmonton ’94 (Canadá) entrando en un ciclo en el que se participaría en competición internacional anualmente.

Componentes de la Selección Española en Barcelona’92
Con la creación del equipo Fundosa grupo, Ángel García encontró un aliado a su labor ya que el 70% de la selección iba a entrenar juntos toda la temporada bajo la disciplina de este equipo madrileño. De esta forma de encontrarse en la mayoría de las ocasiones los jugadores y técnicos en el aeropuerto para desplazarse a una competición internacional sin
apenas concentraciones previas se pasó a contar con un trabajo de Club y una compenetración durante toda la temporada que iba a contribuir a los buenos resultados que la selección iba a cosechar a mediados de los 90.

La selección española logró la medalla de Plata en París’95
Estos no tardaría en llegar y en europeo de París 95 España se colgará la Plata quedándose muy cerca del oro ya que cayó derrotada contra Gran Bretaña en la final tras imponerse a Holanda en las semifinales después de una prórroga; y al año siguiente en una competición casi perfecta España lograba entrar en semifinales de los Juegos Paralímpicos de Atlanta derrotando en la primera fase a la que a la postre sería campeona, Australia, y vendiendo muy cara su piel en semifinales frente a Gran Bretaña y en el tercer y cuarto puesto con Estados Unidos.
Con estos dos buenos resultados como precedentes, España tenía todo a favor para hacer un gran papel en el europeo del 97, sumando a este factor su condición de equipo local. No se pudo lograr medalla debiendo conformarse con un quinto puesto que nos clasificaba para el Campeonato del Mundo a celebrar en Sydney’98 pero quizás sabía a poco después de las expectativas creadas ya que la convocatoria de Ángel García incluía prácticamente los mismos jugadores de Atlanta.

Selección española en el europeo de Madrid’97
La última cita con la selección de Ángel sería en las antípodas. En el Campeonato del Mundo de Sidney’98 donde el 6º lugar ratificaría la selección como una de las mejores del mundo. La temporada siguiente dejaría el banquillo de la selección y la presidencia de la Comisión Nacional de Baloncesto en silla de ruedas tras 89 partidos al frente de la selección.
A este baloncesto Ángel había llegado después de ser segundo entrenador del Collado Villalba de ACB. En el año 1984, y animado por Antonio Hernanz, secretario técnico de la FEDDF y compañero de trabajo en “Standard eléctrica”, Ángel García se incorpora al comité de competición tras el visto bueno de Guillermo Cabezas, en aquel momento Presidente de la entonces llamada FEDM, ocupándose de hacer un seguimiento de las actas.

Selección Española en el mundial de Sidney’98
En 1985, sería Nacho Rodríguez Márquez, en ese momento entrenador del Clumam de Madrid, quien lo postula para hacerse cargo de la dirección del equipo de San Blas, en el cual permanecerá la temporada 85/86 alcanzando el subcampeonato liguero.
Esta no sería su única aventura al frente de un club, ya que tras su “dimisión” al frente de la Comisión Nacional de Baloncesto en 1988, el empresario alcalaíno Jesús Martín se fija en Ángel García para poner en marcha la escuela de baloncesto en silla de ruedas, la cual daría lugar posteriormente al equipo de competición que durante la primera década del siglo XXI se mantuvo entre los mejores, siempre con Ángel García como máximo referente del club complutense. Un equipo que disputaba sus partidos en el mítico pabellón de Caja Madrid.

Formación del Clumam de Madrid en 1985
Nombres como el mexicano Raúl Ortega, Jesús Torres, Manuel Berzal, Jorge Iglesias, la australiana Liesl Tesch, Félix Muñoz, Carlos Medina, Antonio Hernández, Tente o Javi Pérez, entre otros, estarán siempre ligados al recuerdo de este club que sin grandes presupuestos alcanzaría la sexta posición en las temporadas 2003/2004 y 2004/2005 como mayores logros.
En los despachos y en la pista, Ángel se caracterizó por tener mucha mano izquierda. Maestro en gestionar al grupo y motivar a los jugadores, sabía llevar los árbitros a su terreno y empequeñecer a los rivales, pero sobretodo sacar lo mejor de su plantilla. Un hombre que ha dedicado toda la vida al baloncesto o mejor dicho a sus dos baloncestos, un deporte, el de la canasta, que tanto le ha dado desde que empezó a practicarlo como rehabilitación y a través del cual ha conocido a infinidad de personas de todo el mundo.

Ángel García y Javier Bardem durante el rodaje de «Carne trémula»
Como él dice, le abrió las puertas de un mundo que no era el suyo. Compartió experiencias, inquietudes y proyectos con su incondicional esposa Luci. Marcó el camino en una
etapa clave para la evolución de nuestro baloncesto sabiendo mantenerse equidistante de los de arriba y los de abajo.
El “Melilla” de ayer es el Ángel de hoy y el chaval del barrio de la Prosperidad se convirtió en personaje universal. En 2015, el Presidente de la FEDDF le hizo entrega del premio Juan Palau honorífico, pero desde hace muchos años ya tenía el cariño, el respeto y la admiración de la gran familia del baloncesto de las cuatro ruedas.

Ángel García recibió el premio Juan Palau Honorífico en 2015
Juanjo, muy buen reportaje, graciasiiii
Bss