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Gaspar Anaya Muñoz. El forjador de estrellas

8 marzo, 2017 por J. Sanjuan Deja un comentario

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En la década de los 80 todos los caminos del baloncesto en silla de ruedas español pasaban por Málaga. Allí se erigía la catedral con más arte del panorama nacional, construida con muchas manos pero con el trabajo, constancia y conocimiento de un mito del baloncesto en silla de ruedas, un MAESTRO llamado José Gaspar Anaya Muñoz. Allí se forjaron algunos de los mejores jugadores de la época.

Visto en la distancia del tiempo todo puede parecer muy fácil, pero realmente nada lo era, y mucho menos para las personas con lesiones medulares. Gaspar Anaya padecía una paraplejia desde que con 25 años, en 1970 sufriera un grave accidente laboral en Hamburgo (Alemania) donde trabajaba en una fábrica de casas prefabricadas de madera. Un año antes, como tantos españoles de la época, había marchado a Alemania buscando un futuro mejor. Durante su estancia en el hospital de Hamburgo empezó a practicar el baloncesto en silla de ruedas como parte del programa de rehabilitación y le cautivó tanto que tras su regreso a Málaga ese mismo año se puso la meta de crear un equipo en su ciudad natal.

En 1974, comenzó a reclutar jugadores a través de la entonces llamada Asociación de Minusválidos de Málaga y de distintas instituciones hospitalarias como el Hospital Marítimo de Torremolinos. Los inicios fueron muy duros, las sillas eran del Hospital Carlos Haya, y empezaron a entrenar en el Hospital Marítimo de Torremolinos. Más tarde, pasarían al Pabellón de nuevo San Andrés y posteriormente a los pabellones del Tiro de Pichón, del Palo y, finalmente, al Ciudad Jardín, por aquel entonces una pista ACB.

Gaspar Anaya jugador del ADEMI de Málaga

De esta forma sería uno de los socios fundadores del club ADEMI (Asociación deportistas minusválidos) de Málaga, para cuya creación no escatimaría esfuerzos. En esa entidad, además de jugador asumiría las funciones de presidente y entrenador.

En su primera participación en liga, en la temporada 75/76, lograba el ascenso a la primera división (por aquel entonces la máxima categoría nacional), en la cual se afianzaría hasta consumar el descenso en la 2003/2004. 28 temporadas, cifra que no ha sido superada por ningún otro equipo hasta ahora.

En su segunda temporada en la élite alcanzarían el subcampeonato tras el Virgen del Rocío de Sevilla y a partir de la 78-79 comenzaría su hegemonía de 9 temporadas consecutivas sin que ningún equipo les hiciera sombra en el panorama doméstico. Con la marcha a Italia de Antonio Henares, la temporada 87/88 el título regresaría a Sevilla de manos del Virgen del Rocío, pero los tres siguientes títulos se los adjudicaría nuevamente el ADEMI de Málaga logrando el último de ellos en la temporada 90/91.

Jugadores del ADEMI de Málaga en su época dorada

Como jugador participaría activamente en los 12 títulos de liga y 10 copas de S. M. el Rey logrados por el club malagueño. En 1979 se adjudicaron en Italia un torneo disputado por los campeones de Liga, el cual sería el germen de la Copa de Europa de clubes. En esta competición continental el club ADEMI contó con seis participaciones, dos en Francia y una en Bélgica, Holanda, Yugoslavia y Málaga. Eran otros tiempos y para poder costear los gastos de viaje e inscripción había que sacar el dinero de debajo de las piedras por los que hubo ocasiones en las que tuvieron que renunciar.

Con la selección nacional alcanzaría las 16 internacionalidades participando en el Campeonato de Europa de Lorient (Francia) en 1978 y en los Juegos Paralímpicos de Arnhem (Holanda) en 1980.

Como entrenador, además de los títulos anteriormente señalados, formó parte del Staff técnico de la selección española en los Juegos Paralímpicos de Barcelona’92, siendo ayudante de Ángel García para la consecución de un diploma paralímpico.

Gaspar Anaya, el alma del ADEMI de Málaga

Anaya era un “Rey Midas” que convertía en oro todo lo que tocaba. De la factoría malagueña del ADEMI salieron numerosos jugadores internacionales, destacando sobremanera los nombres de Antonio Henares, Salvador Zurita, Joaquín Fernández Recio, José Luis Benítez, Manuel Pérez Luna, Salvador Núñez “Salvita”, Juan Rojo o Rafael Martín. Más adelante, cuando los dos estandartes del equipo Henares y Zurita se marcharon a jugar a otros equipos, emergieron jugadores como Fali Rodríguez, José Mª Avilés, Manuel Márquez que llegó de Almería, Salvador Carmona o Pepe Salado, por nombrar algunos, corriendo el riesgo de olvidarnos de otros jugadores que contribuyeron notablemente a prolongar al ADEMI en la élite hasta bien entrado el siglo XXI.

Todos los jugadores que pasaron por sus manos alaban el carácter familiar del club malagueño, y valoran sobremanera las enseñanzas recibidas por su maestro en cuanto a disciplina, respeto y trabajo.

Formación del ADEMI de Málaga en la década de los 90

El Gaspar Anaya entrenador potenciaba la disciplina y la motivación entre sus jugadores. Cada uno sabía su rol en el equipo y tenía que centrarse en esa función para que la maquinaria del equipo funcionase. A su vez sabía motivar como nadie a los jugadores para que dieran el máximo, siendo muy exigente en lo deportivo. Siempre destacaba el equipo sobre las individualidades en una plantilla plagada de estrellas. Gran estratega y estudioso del baloncesto en silla de ruedas, fue un avanzado a su tiempo, sin dejar de lado ese carácter protector de sus jugadores, estando siempre dispuesto a ayudarles pues el equipo era una gran familia.

Como presidente, a Gaspar no se le ponía nada por delante cuando de conseguir recursos para el equipo se trataba. Cuentan la anécdota de que en una ocasión, ante la carencia de dinero para realizar un desplazamiento, se fue a Radio Juventud de Málaga y lo sacó a través de un programa nocturno en el que la gente llamaba y daba un donativo.

Gaspar Anaya y Antonio Henares reciben el premio Olimpia en 1985

Era un luchador que en una época en la que las ayudas escaseaban y en la que todo era mucho más complicado, logró hacer de su club un referente en España. Tanto él como Pepi, su esposa, se desvivían por obtener recursos y en palabras de Antonio Henares tras su fallecimiento el 13 de Junio de 2015, «el ADEMI no eran un equipo, sino una familia». El de Álora manifestó al diario Avance Deportivo que “En mi vida gracias a Dios son muchos los títulos que he ganado pero ninguno tan importante como el haber tenido la suerte de conocer y aprender de Don Gaspar Anaya, un gran hombre….”.

Su trayectoria deportiva tuvo reconocimientos a título particular para su persona y para el club ADEMI de Málaga. Entre los primeros destaca el premio a los valores humanos otorgado en la VIII Gala de la Federación de Periodistas Deportivos de Andalucía en 2008, o el nombramiento como socio de honor por parte de la Asociación de Deportistas Malagueños Discapacitados (ADEMADIS) en 2014.

En nombre del club malacitano, Gaspar Anaya recibió de manos de S. M. el Rey tanto el nombramiento de “Hijo Predilecto de la Ciudad de Málaga” como el premio Olimpia en 1985.

Gaspar Anaya recibe el premio Juan Palau honorífico en 2014

A su vez, la FEDDF le otorgó el premio honorífico Juan Palau en 2014, el cual le sería entregado por José Alberto Álvarez, Presidente de la federación nacional, en el descanso de la Final de Copa de S. M. el Rey celebrada en el Pabellón Manuel Carpena de Málaga.

Cuando él se retiró, su obra se vino abajo. El club ADEMI de Málaga dejó de competir en 2005 tras 28 temporadas en la élite. Durante más de la mitad de ellas, sería el rival a batir, el referente del baloncesto en silla de ruedas nacional, con la tercera parte de los jugadores de la selección formados en este equipo en los Juegos paralímpicos de 1980, 1984, 1988 y 1992. La suma de las internacionalidades de sus jugadores supera los 750 entorchados. Son datos muy significativos, y es que puede ser que haya factores geográficos o antropológicos en la costa del sol que predispongan a ello, pero no cabe duda de que buena parte de todos esos éxitos se deben al buen hacer de un hombre generoso, bueno y capaz. José Gaspar Anaya Muñoz, el MAESTRO del baloncesto de las cuatro ruedas.

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